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29 de mayo de 2014

La comarca Kuna Yala

Hoy me toca hablaros de uno de los sitios más bonitos que hemos visto aquí en Panamá. Se trata de la comarca indígena de Guna Yala, habitada por la etnia Guna. Hasta 1998 se conocía como San Blas, y hasta 2010 como Kuna Yala. Para el título del post de hoy he utilizado el nombre de Kuna Yala, y es que a los indios locales no les gusta demasiado el término de Guna Yala y la mayoría de gente sigue utilizando el nombre anterior.



 La comarca fue creada en 1938 y el estado panameño reconoce su autonomía indígena desde 1953, que fue cuando se estableció el Congreso General Kuna, la autoridad política y administrativa dirigida por los caciques generales kunas que gobierna de forma independiente. Es el pueblo kuna pues, quien administra su región. Son ellos los dueños de sus tierras y los únicos que pueden explotarlas, por eso en San Blas no se ven hoteles de megalujo en islas paradisíacas. El problema es que son los caciques ancianos los que piensan así, los jóvenes no lo tienen tan claro y se comenta que de aquí a unos años las cosas cambiarán y empezarán a vender terrenos a extranjeros para que éstos los exploten.

El archipiélago lo forman unas 400 islas. Podrías dormir en una distinta cada día del año y aún te sobrarían islas. Una pasada.

Se tarda unas 3 horas en llegar desde la ciudad. La primera parte del trayecto va por una autopista más o menos cómoda, pero la segunda ya se adentra en la región de los kunas y son todo subidas, bajadas y curvas. Lo cierto es que esta segunda parte se hace larga, pero el sacrificio vale la pena. Únicamente los 4x4 y pick ups tienen permitido pasar por la comarca, los turismos lo tienen prohibido. Se supone que es porque los coches normales no podrían pasar ciertas zonas cuando llueve y se embarra, aunque a mí no me parece para tanto. También es posible volar al archipiélago de San Blas, según la Lonely Planet el ticket cuesta entre 30 y 50$ por persona y trayecto.

¡Sólo 4x4!

Lo típico aquí en Panamá es ir con un tour organizado a las islas. Por unos 150$ te recogen en la ciudad, te llevan hasta allí, te dan de comer etc. Pero las islas que ofrecen los tours suelen estar "repletas" de gente. Por lo que conviene organizarse tu propio viaje para poder ir adonde quieras.

Nosotros hemos ido ya dos veces. Organizado con amigos, el viaje ronda los 100$ (75$ la última vez) incluyendo transporte, comida, bebida, impuestos kunas... Y durmiendo en una isla inhabitada, sin electricidad y sólo para nosotros. Un lujo vamos.

Como iba diciendo, una vez dentro de la región, a mitad de camino hay una especie de puesto fronterizo. Aquí se paga el primero de los impuestos kunas. 2$ (por persona) si tienes la cédula panameña, 5$ si eres residente y 10$ si eres extranjero, más 5$ por coche. Depende de lo hábil que seas, la excursión puede salir más o menos barata. Nosotros pagamos la primera vez 2$ pero la última no coló y pagamos 5$.


Unos kilómetros más adelante hay otra especie de puesto fronterizo, esta vez con policía incluída. Llegados a este punto, si no llevas el pasaporte encima no pasas. Sigues dentro de Panamá, pero sin él no puedes seguir adelante. Ni siquiera con una fotocopia compulsada del pasaporte, que según la ley panameña debería valer siempre, salvo para casos contados.

Pasada esta pseudo frontera, se llega al puerto. Aquí es donde se cogen los barcos a las islas, previo pago de otro impuesto por aparcar el 4x4, claro.

 
A unos 15 minutos en lancha del puerto hay un par de poblados kunas. Visitamos uno de ellos y pudimos ver cómo viven. Era un poblado muy sencillo en el que no faltaban ni la escuela, ni la iglesia ni el bar. Se les veía bastante felices, sobre todo a los niños, que se entretienen y divierten con las visitas de los pocos turistas que pisan su isla.


 Que no falte la bandera del partido político...


 Las mujeres kuna siempre llevan su vestido típico

Como comentaba arriba, nosotros fuimos a una isla inhabitada. Al menos la primera vez, y es que para la segunda sí que había una pequeña familia kuna viviendo en una chabola.

Planeando la primera de las escapadas pensamos que podría haber olas en este paraíso. Miramos el parte para Isla Grande, que está más al oeste, y aunque no marcaba demasiada mar, decidimos llevar las tablas. De camino a nuestra isla (45 minutos largos en bote) vimos zonas en las que efectivamente tenía pinta de que se podía surfear. San Blas no es una región conocida precisamente por sus olas, la mar suele estar bastante tranquila, haciendo las delicias de los turistas que van en veleros y yates.

 ¿Habrá algo?


Hostia pues igual sí...

Según nuestro contacto kuna, en la misma isla a la que íbamos había olas, pero no sabíamos qué esperarnos realmente. Llegamos y no había rastro de ellas, sin embargo a unos 200m se veía cómo rompía algo, pero encima de la barrera de coral que protege el archipiélago. Nos explicó entonces que la ola a la que nos iba a llevar estaba a un rato en bote, que no nos preocupásemos.

Nuestro islote

 Más de uno cayó dormido en esta hamaca

Probando el marisco local, la "cambombia"

 Habitación doble, baño compartido, vistas al mar




Al día siguiente nos llevó a la ola que nos había comentado. Era una derechita con fondo de coral y sin gente. No había demasiada mar y costaba coger una ola que te llevase, pero después de tanto tiempo sin surfear me supo a gloria, agua caliente, solecillo, dos amigos surfeando... Tiene pinta de que con el mar correcto hay unas olas cojonudas. Días después de nuestra primera escapada a Kuna Yala, nos enteramos de que en la zona que surfeamos hay tiburones y que el año pasado un tiburón atacó a varios kunas, arrancándoles las piernas. Da que pensar, y es que la ola rompía sobre una zona de coral, pero te alejabas unos pocos metros y la profundidad y el azul oscuro del fondo acojonaban un poco.

 Parece que algo hay...

 Apenas tengo fotos de la ola, había que elegir: surfear o hacer fotos


 Te la juegas bastante si vas sin txapines

Fue una grata sorpresa poder surfear en un paraíso como este. La segunda vez que fuimos el parte no marcaba mar, por lo que mi tabla se quedó en casa. Aún así, al igual que la primera vez, de camino a nuestra isla vi romper alguna que otra ola... Se queda pendiente para una próxima salida.
Unas vistas increíbles, buena compañía, barbacoa, cervezas, buceo, encuentro con rayas, sol, un surfing... ¡Qué más se puede pedir!

Intento fallido de conseguir carnada para después pescar

 Es increíble lo rápido que nos hemos acostumbrado a ver estrellas de mar

La cambombia

 En la segunda escapada nos encontramos con esta simpática manta nadando tranquilamente. En la primera nos cruzamos con varias rayas venenosas, teniendo unos momentos de nervios bastante serios... No pasó nada

Eso es todo por hoy.

¡Salud y buenas olas!

4 comentarios:

  1. Goraintziak Ekain! Eta segi bizitza disfrutatzen, laburra da eta!

    P.D.: Argazki ederrak benetan!

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    1. Hori beti! Ahal den neurrian, noski jeje
      Mila esker Asier!!! Ondo ibili ;-)

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  2. Que tal Ekaintc!
    La verdad que te curras unas entradas muy buenas, info de primera mano y con unas fotos que tranquilamente podrian aparecer en cualquier revista de viajes. Curiosa esa imagen del politico, ¿abundan muchas placas solares por ahi? Entre los fondos y la presencia de los tiburones supongo que a uno se le tiene que poner una cosa en el estomago cuando esta en el agua...uf!
    Por cierto, la foto de la hamaca tiene un punto Bacardi total...jeje
    Pues nada Ekaintc, muchisimas gracias por tu mail sobre lo de California.
    Un saludo y hasta la proxima!

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    1. Muchas gracias Fran!! Anda que no me gustaría ver alguna foto de estas publicada jejeje
      Pues mira lo de las placas solares, se podría pensar que con todo el sol que tienen aquí habrá por todas partes, pero nada... hay muy pocas!

      Gracias a ti por pasarte hombre, saludos!!

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