Octubre - Noviembre.

Después de la visita de mis aitas, volvimos a la rutina panameña. Trabajando entre semana y haciendo alguna que otra escapada los fines de semana, nada interesante.

Estando en plena época de lluvia está más complicado poder pasar el fin de semana por ahí; el tiempo se vuelve muy impredecible y si por ejemplo te pilla un buen aguacero con las tiendas de campaña cutrecillas que tenemos, la verdad es que estás un poco jodido.

Cayó un bañito pequeño en Malibú, a una hora y media o dos de la ciudad. No es una mala opción, el día que fuimos apenas había mar y salía una olita. Por lo que me dijeron, semanas atrás dio unos baños cojonudos. Es una desembocadura de río, salen tanto izquierdas como derechas. Este día en concreto había medio metrillo escaso y olas rápidas. Detrás de la playa hay una especie de lago. Al parecer en esa zona hay algún que otro cocodrilo, da un poco mal rollo pensar en ello mientras estás en el agua, pero bueno, lo mismo que con los tiburones...

 Ieeeup!

En Panamá les encanta ir a los malls o centros comerciales. Van en masa y siempre en su carro. Es el plan típico para las tardes o fines de semana. Hace unas semanas con el tema del Black Friday la gente se volvió loca literalmente, colas larguísimas desde las 7 de la mañana, empujones en el metro... Al lado de donde vivimos tenemos un mall, una noche nos encontramos con esto:

 ¡Aparcao!

 Es salir de la ciudad y entrar en un mundo completamente distinto

Otro fin de semana nos acercamos a Río Mar. La verdad es que es una zona de playas muy recomendable, de lo más bonito que hemos visto del lado del Pacífico y que esté cerca. Por aquí también se lleva lo de construir hasta la misma orilla, incluso hay edificios de 20 plantas o así que construyen en la playa y se ven desde kilómetros de distancia. Una barbaridad, joden el paisaje que da gusto. En Río Mar hay uno, así como casas de ensueño encima de acantilados.

No daban nada de mar, pero había gente intentando surfear en una parte de la playa. No tenía mala pinta, creo que tendremos que volver a explorar esta zona cuando el parte mejore (llevamos muchas semanas de platazo en esta zona).

 What?

Aquí hay celebraciones cada dos por tres. Cuando no es una independencia, es el día de la madre o el día de la bandera. El caso es que el país se paraliza. Literalmente. Se forman unos tranques cojonudos, la gente básicamente no trabaja... Un descojono.

 Desfile anual de los bomberos

Eso es todo por hoy. Para cuando leáis este post estaremos en pleno vuelo. Volvemos a casa por navidad, igual que el turrón. Panamá es un país cojonudo, pero después de once meses hay ganas de volver a casa aunque sólo sea por unos días.

¡Salud y buenas olas!